26 de septiembre de 2014

Inflant la bombolla


 
 
 
 
 
 
Segons el filòleg Joan Coromines, el català bombolla provindria per assimilació d'una forma reduplicativa *bul-bulla relacionada amb el llatí bulla 'bombolla' i bullīre 'bullir'1. De manera anàloga, el castellà burbuja seria un nom verbal derivat del llatí vulgar *bulbulliare (portugués burbulhar, català borbollar 'fer bombolles', italià borbogliare 'roncar els budells'), també reduplicatiu2

Tanmateix, en la meva opinió aquestes són etimologies ad hoc, com tantes altres inventades pel savi català. De fet, el català bombolla suposaria una protoforma romànica *bumbulia, mentre que el castellà burbuja provindria de *burbulia. Ambdues són reflexades en l'èuscar punpuila, punpula, purpuilla, punpoillo, punpuillo, bunbullo, burbulla, burbula, gurguillo, gurguillu, amb significats tan variats como 'bombolla', 'llàgrima', 'gota de rosada', 'bony', 'ampolla', 'coàgul de llet', 'cresta', que apunten cap a un origen diferent del llatí. El paral·lel més punyent seria el báltic *bumbulia ~ *pumpulia 'turgència', a partir d'un lexema *bamb- ~ *pamp- d'origen fonosimbòlic i del que provenen paraules como bomba, pompa i altres semblants.

La llengua de substrat a través de la qual hauria arribat aquesta paraula, a la que anomeno baltoide, seria un parent pròxim del bàltic o bé un antic membre d'aquest grup. La meva proposta coincideix en part amb el "sorotàptic" de Coromines i el "pirenaico-ibèrico-meridional" de Villar. Ambdós investigadors, independentment l'un de l'altre, van identificar una llengua que se situaria en algun lloc entre el bàltic i l'itàlic dintre del núvol dialectal IE. Però al meu parer, és bastant probable que es tracti en realitat de dues llengües diferents, una acostada al bàltic o baltoide, i un altra acostada a l'itàlic o italoide. En aquest darrer grup s'hi inclouria el lusità i probablement també les inscripcions votives d'Els Banys d'Arles3.
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J. Coromines (2013): Diccionari etimològic essencial de la llengua catalana (A-D), p. 168.
J. Coromines (1973, 2008): Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, p. 91.
J. Coromines (1976): Els ploms sorotàptics d'Arles, a Entre dos llenguatges, vol. II, pp. 142-216.

24 de septiembre de 2014

Castellano zanca, zanco (actualizado)


Según el DRAE, el castellano zanca designa 'la parte más larga de las patas de las aves, desde los dedos hasta la primera articulación por encima de ellos', y coloquialmente también 'pierna', sobretodo si es larga y delgada. Por otro lado, el masculino zanco designa un palo largo con una fijación para el pie, usado tradicionalmente en regiones como las Landas para andar sobre terrenos pantanosos, o simplemente como espectáculo festivo.


El gallego zanco1 reúne los significados de las formas castellanas, y en euskera el término más usual es es zank(h)o, zango, con significados tan variados como 'tallo', 'zanca', 'pezuña', 'pierna', 'pie', y que a pesar de las apariencias corresponden al femenino romance *tsanka.

Sin embargo, en otras lenguas romances encontramos únicamente formas con palatalización de la africada inicial (*tʃanka): portugués chanca 'pie grande2; pierna larga y delgada', gascón chanca y catalán xanca 'zanco', aragonés xanca, chanca 'muleta; zanco', euskera txanka 'muleta; báculo' (pero 'pierna' en vizcaíno), occidental anka 'pie, pezuña; pierna'3.

Tenemos también el castellano zancarrón 'hueso de la pierna (desprovisto de carne)'4, forma aumentativa correspondiente al euskera zankar 'talón; pierna', zangar 'tibia; pezuña', kankar (G) 'pedúnculo de la peonza'.

En mi opinión, se trata de una voz prelatina emparentada con el sustantivo femenino germánico *s-kankōn 'zanca' (inglés shank). La oclusiva velar en posición inicial sufrió una asibilación que la convirtió en la africada /ts/, que evolucionó en hispanorromance a una fricativa interdental /θ/ (/s/ predorsal en variedades seseantes como el propio euskera), pero que en otras variedades romances (incluido el pirenaico) se palatalizó como /tʃ/. Es el mismo proceso que ocurrió en el castellano zapuzar, chapuzar5 a partir de capuzar (cfr. catalán cabussar), un compuesto de capu- 'cabeza' y *puteāre 'sumergir' (de puteu- 'pozo').

En gascón existe también una familia léxica casi homónima a la anterior: chanco, chango 'que anda a la pata coja', chancòt, chanquet 'cojo', con correspondencias en el euskera txango (V) 'cojo; débil', (V, G) 'defectuoso, manco', txanket (G), txanget (B) 'cojo', tzainkü (Z), txainkü (BN, Z), xanku (L, BN) 'cojo', xankü (Z) 'que anda a la pata coja'. Tenemos además el verbo chancar, changar 'andar a la pata coja; cojear; andar con ayuda de muletas', correspondiente al aragonés xancar, ixancar 'tullir, dejar cojo; desgajar', xancau, ixancato 'lisiado, tullido; esparrancado, a horcajadas'. Como en las formas vascas mainku (R), maingu, maingi 'cojo', el origen de estas palabras es el latín mancu- 'mutilado, lisiado; defectuoso, débil', si bien con palatalización de la consonante inicial.


Por otro lado, la etimología propuesta por Coromines6 a partir de la voz de origen persa zanca, tzangaadoptada por el latín tardío (s.III) y que designaba un tipo de calzado (polainas o botas muy altas) usado por los partos, correspondería al homónimo chanca, que en portugués y castellano designa algunos tipos de calzado rústico (zueco o abarca).
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1 Existe también zanca 'persona alta y delgada'.
2 Acepción que también se encuentra en gallego.
3 Homónimo de hanka 'cadera; nalga', que es de origen fráncico y se encuentra también en romance.
4 También existe el euskera txankarron (Salazar) 'pedúnculo de frutas', y en su Vocabulario navarro, Iribarren recoge la voz zancarrón 'tallo de las patatas y berzas' como propia de los valles de Roncal y Salazar.
5 En contra de lo que piensan algunos romanistas (entre ellos el propio Coromines) no está relacionado con *sub-puteāre 'enterrar', del que deriva regularmente el castellano antiguo sopozar, asturianu sapozarJ. Coromines,  (1973, 2008): Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, p. 171.
6 J. Coromines, op. cit., p. 590.