15 de agosto de 2015

El mejor amigo del hombre (actualizado)










El castellano perro es una palabra sin correspondencias en el resto de lenguas románicas (a excepción del asturianu perru) que en la lengua moderna ha desplazado a can, procedente del latín. Joan Coromines -todavía tenido por la máxima autoridad en la materia- le atribuye un origen fonosimbólico a partir de la onomatopeya prr, brr, supuestamente empleada por los pastores para llamar al animal1. Sin embargo, en mi opinión se trata de un préstamo del sustrato prelatino y no de una onomatopeya.

Antes de abordar la cuestión de su etimología, voy a ilustrar primero la del latín canis 'perro', que la mayoría de indoeuropeístas relacionan con la designación común IE para el animal, *kʲ(u)wo:n2. Sin embargo, las anomalías fonéticas que presenta esta etimología me hacen dudar de ella. Siguiendo la propuesta de Douglas Kilday, propongo el lexema *kenh₁- 'joven, nuevo'3, que presumiblemente es el origen del celtibérico kentis 'hijo'. De esta manera, tendríamos una deriva semántica desde 'animal joven, cachorro' a 'perro'.

Volviendo a la palabra castellana, su pariente más cercano sería el euskera berri 'nuevo', que si estoy en lo cierto habría conservado el significado original. Como sugiere mi colega Marco Moretti, parece evidente la conexión con el afroasiático *bar- 'niño; hijo, hija' (HSED 213), aunque debido a la semántica dudo que se trate de un préstamo de alguna lengua de esa macrofamilia. A nivel fonético hay que tener en cuenta que la vibrante múltiple /r/ en castellano y euskera es reflejo de la rótica de la lengua de origen.
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1 J. Coromines (1973, 2008): Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, p. 427. La hipótesis fonosimbólica es un recurso empleado hasta la saciedad (se non è vero, è ben trovato) por el lingüista catalán cuando se trata de palabras sin paralelos conocidos. 
2 A. Ernout & A. Meillet (1959): Dictionnaire étymologique de la langue latine, p. 92.
3 El vocalismo /a/ de canis puede ser explicado como una "coloración" por la oclusiva inicial uvular.

1 de agosto de 2015

Un día tonto (actualizado)















El castellano tonto 'corto de inteligencia' tiene además la acepción 'oscuro, nublado (hablando del tiempo)'1, que no aparece en el DRAE pero sí en el diccionario de María Moliner, que recoge tonto (inf.) 'se aplica al tiempo inestable, tirando a malo'. 

En mi opinión, éste sería el significado original de la voz castellana, con correspondencia exacta en el suletino dündü 'oscuro, nublado (hablando del tiempo)' y roncalés dundu 'azul'2. Se trata de una forma reduplicada con paralelos en el bereber (cabilio) ddǝmdǝm 'violeta'3 y el burushaski *tˀumtˀaŋ 'oscuro', a partir del mismo lexema que encontramos en el IE *temH-, sino-tibetano *dV:mH 'oscuro', austroasiático *tam/*tem 'noche'.
 
Como en el caso de otros préstamos de sustrato, el origen debe ser una lengua prelatina de la Península Ibérica que dejó su huella en el habla de los pastores trashumantes de la Cordillera Cantábrica y los Pirineos.
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1 Como en la frase hace un día tonto.
2 Existen también las formas diminutivas ddunddu /ɟúnɟu/, ddundduska 'azulado'.
3 Es dudosa la correspondencia con el chádico oriental (dinga) dinda 'rojo' y otras formas afroasiáticas (Militarev).