18 de septiembre de 2018

Aragonés ibón 'lago de montaña' (actualizado)


El aragonés ibón designa los lagos de montaña de origen glaciar, muy abundantes a lo largo de los Pirineos. Se trata de una voz con correspondencia en el gascón iu, èu, uu(n), bum1, a partir de un lexema prelatino *ib- ~ *ub- que encontramos también en el euskera ibai 'río', ibar 'vega', con los sufijos -ai/-ar, como *bizkai (Bizkaia) y bizkar 'lomo, espalda'.

La variante con /u/ es el origen de 
ur 'agua' (con vibrante simple [ɾ]), cuya variante combinatoria en compuestos es u(h)-En guipuzcoano, esta palabra tiene las extrañas variantes uds, uts, ud-, uid-, und-, con oclusiva dental. Y es que, al igual que el euskera, el castellano tampoco admite consonantes labiales en final de sílaba, como podemos ver por ejemplo en el topónimo Calatayud < hispanoárabe Qalʻat Ayyūb, con sustitución de la consonante labial por una dental.
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1 Rohlfs, G. (1970): Le gascon. Études de philologie pyrénéene, 
§74.

20 de mayo de 2018

De las setas a los labios (actualizado)


El aragonés (s)isón, usón1 (con el diminutivo -ón) designa la llamada seta de primavera o de San Jorge (Calocybe gambosa). Esta voz, con correspondencia en en el euskera ziza, xixa, zuza, nos parece verosímilmente relacionada con el castellano seta y su variante jeta (antiguamente xeta) 'hocico, morro', para las cuales el filólogo catalán Joan Coromines propuso un origen en el antiguo griego sēpta 'cosas podridas' (neutro plural de sēptós 'podrido')2.

Aunque esta etimología es semánticamente inadecuada, fonéticamente nos acercaría al arameo siptā, septā 'labio' < semítico *ɬa(n)p-(at-)3. Luego el significado original sería 'labio, excrecencia carnosa', y de ahí 'seta' por deriva semántica.

La palabra semìtica estaría emparentada a su vez con el norcaucásico *tɬˀa:npV (NCED 949)3 y la palabra errante o Wanderwort reflejada en el indoeuropeo *g´ombh-o- 'bulto; cachete (mejilla, nalga)' (balto-eslávico, germánico), afroasiático *k/ganpVr- 'labio, morro', altaico *khómp[e] 'hongo' (EDAL 1119) y el urálico *kómpV 'seta'. 
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1 Prestada al roncalés usúncuyos fitónimos son mayoritariamente de origen aragonés.
2 De ahí palabras como sepsis o antiséptico. J. Coromines (1973, 2008): Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, p. 505.
3 Probablemente encajaría aquí el indo-europeo de sustrato *lab-/*lip- 'labio', reflejado en el latín labrum (vulgar labium) y el germánico *lip-.

23 de enero de 2018

Castellano sapo (actualizado)


El castellano sapo *sappu es una voz prelatina que se encuentra también en asturianu, gallego-portugués y gascón. Dialectalmente, la palabra castellana tiene la acepción de secundaria de 'gusano pequeño', como en el compuesto gusarapa, gusarapo1, cuyo primer elemento está relacionado con gusano y que significa además 'renacuajo'.


Tenemos también la forma vascorromance zapo2, que encontramos en aragonés y euskera dialectal, así como el euskera apo, apho, afo, con pérdida de la sibilante inicial. De esta voces se derivan respectivamente el castellano regional zampoño 'sapo' (con -m- epéntica), y el labortano apoño 'sapito', ambas formas diminutivas. Igualmente, en el castellano regional de Álava encontramos zampaburu, zampaburro 'renacuajo' (López de Guereñu), un compuesto cuyo segundo miembro es buru 'cabeza' (con etimología popular de burro) y que corresponde al euskera (s)apaburu, apoburu, apaburo.


Con el sufijo adjetival 
-al, que encontramos en el euskera occidental (V, G) zapal 'aplastado', zapaldu (zapatu en el resto de dialectos) 'aplastar', el baztanés zapalotre 'lota (un pez aplanado de río)' y la forma alavesa zapalburu 'renacuajo', que en otros dialectos aparece como zahalburu, (t)xalburu, buru xahal debido a una etimología popular de (t)xahal 'ternero'. Y con el sufijo galorrománico -ardV, que sirve para formar adjetivos3, tenemos el vizcaíno zaparda 'lota'. 


De la misma raíz, pero con el sufijo despectivo -arr- tenemos las formas zapalarro (AN?), apalarro (BN), zaparrote (V), 
zapardote (V, G) '(hombre) rechoncho, regordete'. Éste es precisamente el origen del aragonés chaparrudo/a 'rechoncho/a' y el castellano chaparro 'persona rechoncha'4, cuya consonante inicial se debe quizás a una etimología popular de chaparro 'mata de encina'. 

En cuanto a la etimología, se ha propuesto en la literatura una posible relación con el grupo de palabras que en diversas lenguas indo-europeas designan el sapo (antiguo prusiano gabawo, eslavo *ʒā́bā, latín būfō) o la lota (holandés medio quappe, quabbe, alemán Quappe < germánico *kwappō(n)), que al igual que el kartvélico *dʒ́webu- 'sapo' muestran una variación en la consonante inicial debida posiblemente a fonosimbolismo. En mi opinión, y sin excluir una relación más lejana con dichas palabras, el pariente más próximo sería el semítico *tɬˁabb- 
'una especie de lagarto'5, con cognatos en chádico occidental *tɬˀumb-, cushítico meridional *tɬambVʕ- 'rana', bereber *zˁVbb-, omótico *tˀibb- 'una especie de pequeño insecto que vive en el agua', a partir del afroasiático *tɬˀamb- (Militarev-Stolbova).
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1 Asturianu guxarapa, guxarapu, euskera (alto navarro) usalapa, uxalapa.
2 Es posible que la voz gascona deriva también de ésta, pero no es posible confirmarlo al ser el gascón una lengua seseante al igual que el resto de variedades occitanas.
3 Por ejemplo, el antiguo francés testard 'cabezudo' (mod. têtard 'renacuajo'), derivado de teste 'cabeza' (mod. tête). 
4 De aquí el euskera txaparro (S) 'persona rechoncha' y txapar (V) 'persona de baja estatura'. Existe también el castellano regional chaparrudo, que designa una especie de pez (Gobius niger). 
5 El albanés šapε 'lagarto' y el griego sēpós 'un tipo de serpiente o lagarto cuya mordedura produce sed y quemazón' son sin duda préstamos de origen semítico.