Según el DRAE, el castellano zanca designa 'la parte más larga de las patas de las aves, desde los dedos hasta la primera articulación por encima de ellos', y coloquialmente también 'pierna', sobretodo si es larga y delgada. Por otro lado, el masculino zanco designa un palo largo con una fijación para el pie, usado tradicionalmente en regiones como las Landas para andar sobre terrenos pantanosos, o simplemente como espectáculo festivo.
El gallego zanco1 reúne los significados de las formas castellanas, y en euskera el término más usual es es zank(h)o, zango, con significados tan variados como 'tallo', 'zanca', 'pezuña', 'pierna', 'pie', y que a pesar de las apariencias corresponden al femenino romance *tsanka.
Sin embargo, en otras lenguas romances encontramos únicamente formas con palatalización de la africada inicial (*tʃanka): portugués chanca 'pie grande2; pierna larga y delgada', gascón chanca y catalán xanca 'zanco', aragonés xanca, chanca 'muleta; zanco', euskera txanka 'muleta; báculo' (pero 'pierna' en vizcaíno), occidental anka 'pie, pezuña; pierna'3.
Tenemos también el castellano zancarrón 'hueso de la pierna (desprovisto de carne)'4, forma aumentativa correspondiente al euskera zankar 'talón; pierna', zangar 'tibia; pezuña', kankar (G) 'pedúnculo de la peonza'.
En mi opinión, se trata de una voz prelatina emparentada con el sustantivo femenino germánico *s-kankōn 'zanca' (inglés shank). La oclusiva velar en posición inicial sufrió una asibilación que la convirtió en la africada /ts/, que evolucionó en hispanorromance a una fricativa interdental /θ/ (/s/ predorsal en variedades seseantes como el propio euskera), pero que en otras variedades romances (incluido el pirenaico) se palatalizó como /tʃ/. Es el mismo proceso que ocurrió en el castellano zapuzar, chapuzar5 a partir de capuzar (cfr. catalán cabussar), un compuesto de capu- 'cabeza' y *puteāre 'sumergir' (de puteu- 'pozo').
En gascón existe también una familia léxica casi homónima a la anterior: chanco, chango 'que anda a la pata coja', chancòt, chanquet 'cojo', con correspondencias en el euskera txango (V) 'cojo; débil', (V, G) 'defectuoso, manco', txanket (G), txanget (B) 'cojo', tzainkü (Z), txainkü (BN, Z), xanku (L, BN) 'cojo', xankü (Z) 'que anda a la pata coja'. Tenemos además el verbo chancar, changar 'andar a la pata coja; cojear; andar con ayuda de muletas', correspondiente al aragonés xancar, ixancar 'tullir, dejar cojo; desgajar', xancau, ixancato 'lisiado, tullido; esparrancado, a horcajadas'. Como en las formas vascas mainku (R), maingu, maingi 'cojo', el origen de estas palabras es el latín mancu- 'mutilado, lisiado; defectuoso, débil', si bien con palatalización de la consonante inicial.
Por otro lado, la etimología propuesta por Coromines6 a partir de la voz de origen persa zanca, tzanga, adoptada por el latín tardío (s.III) y que designaba un tipo de calzado (polainas o botas muy altas) usado por los partos, correspondería al homónimo chanca, que en portugués y castellano designa algunos tipos de calzado rústico (zueco o abarca).
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1 Existe también zanca 'persona alta y delgada'.
2 Acepción que también se encuentra en gallego.
3 Homónimo de hanka 'cadera; nalga', que es de origen fráncico y se encuentra también en romance.
4 También existe el euskera txankarron (Salazar) 'pedúnculo de frutas', y en su Vocabulario
navarro, Iribarren recoge la voz zancarrón 'tallo
de las patatas y berzas' como propia de los valles de Roncal y Salazar.
5 En contra de lo que piensan algunos romanistas (entre ellos el propio Coromines) no está relacionado con *sub-puteāre 'enterrar', del que deriva regularmente el castellano antiguo sopozar, asturianu sapozar. J. Coromines, (1973, 2008): Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, p. 171.
6 J. Coromines, op. cit., p. 590.